Visitamos esta zona teniendo como base una casa rural en Pinofranqueado. Es indudable que o se visita con ganas de andar y recorrer los pueblos (todos los que se pueda), sumergirse en los mismos o ni uno entrará en Las Hurdes ni Las Hurdes entrarán en uno. Gente amable, sencilla. Se come bien (como en toda España) y ofertas de casas rurales hay para dar y tomar. 
Se pueden hacer rutas para conocer pueblos, por caminos, por montes con árboles, sin árboles, con saltos de agua, con pequeños ríos donde refrescarse. Nosotros hicimos una ruta (¿Ruta del volcán?) que resultó ser el curso de un río sin agua y sudamos sangre por llegar a la parte de arriba, pero mereció la pena, por el esfuerzo, por las vistas, pero sobre todo por las risas. También hicimos otra ruta en busca de unos saltos de agua, que por allí se conocen como "Los Chorros".
Esperemos que los incendios no arruinen esta zona, que la respeten. Cuando nosotros estuvimos era un poco triste ver tantas zonas chamuscadas, con el monte pelado... 
Agradecimientos a Carlos y Marga por su invitación, compañía y amistad (la foto del pueblo es de Carlos).
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